El juego de la vida

Me reconozco. Se quien Soy. Aquí y Ahora, habito mi identidad sagrada y mi cuerpo perenne, cambiante, lleno de vida.
El Amor y el Humor son mis Guías, mis guardianes, mi antorcha encendida en la noche cerrada.


Cuando olvido, cuando no se quien soy, cuando tengo miedo, dudo y desconfío, se que sigo buscando. Se que lo conocido no me vale y lo desconocido me tienta, me susurra al oído, que recuerde mi identidad, quien soy en realidad, y que entonces todo volverá a brillar.


Aceptar las sombras, abrazar las sombras. Comprender que cuanto más perdida me siento, probablemente más encontrada me hallo; porque cuestiono, porque busco, y porque jamás me quedo parada.


El cuerpo puede ser limitado, pero la expresión del alma es infinita.
Aceptar ambos y agradecer ambos es hoy mi punto de partida en este nuevo juego que intuyo que comienza.
Apenas atisbo el nombre del juego. ¿Acaso importa?
No, aquí no. Pues un nombres sería solo una etiqueta más limitante.


Somos la totalidad del SER, y en este espacio infinito cabe absolutamente todo.
Bienvenidos al juego de la vida, de cuyo nombre no quiero acordarme.


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