Me reconozco. Se quien Soy. Aquí y Ahora, habito mi identidad sagrada y mi cuerpo perenne, cambiante, lleno de vida.
El Amor y el Humor son mis Guías, mis guardianes, mi antorcha encendida en la noche cerrada.
Cuando olvido, cuando no se quien soy, cuando tengo miedo, dudo y desconfío, se que sigo buscando. Se que lo conocido no me vale y lo desconocido me tienta, me susurra al oído, que recuerde mi identidad, quien soy en realidad, y que entonces todo volverá a brillar.
Aceptar las sombras, abrazar las sombras. Comprender que cuanto más perdida me siento, probablemente más encontrada me hallo; porque cuestiono, porque busco, y porque jamás me quedo parada.
El cuerpo puede ser limitado, pero la expresión del alma es infinita.
Aceptar ambos y agradecer ambos es hoy mi punto de partida en este nuevo juego que intuyo que comienza.
Apenas atisbo el nombre del juego. ¿Acaso importa?
No, aquí no. Pues un nombres sería solo una etiqueta más limitante.
Somos la totalidad del SER, y en este espacio infinito cabe absolutamente todo.
Bienvenidos al juego de la vida, de cuyo nombre no quiero acordarme.
Comparto desde el corazón, mi camino, mi sentir. Juntos disfrutemos la vida que elegimos.
Acompañar desde la luz
Acompañar desde
la luz
Acompañar es uno
de los actos de amor incondicional más profundos que existen y puede resultar
también un momento nutritivo y enriquecedor para ambos.
El acto de acompañar
requiere de presencia, valentía, escucha profunda, amor y mucho respeto.
A veces, las
palabras son bienvenidas, en otras ocasiones, la simple presencia y la voz del
silencio lo llena y lo contiene todo.
Aprender a fluir
en el instante presente.
Saber lo que
necesita el otro en esos momentos y escuchar la sabiduría interior de todo
cuerpo presente o situación.
Cuando estés
acompañando, permite que lo que tenga que suceder ocurra. Permita a las
emociones que se expresen, permite todo y comprende que absolutamente todo lo
que ocurra tenía que suceder. Conéctate a la respiración y envía amor y luz al
instante presente.
Nada que hacer,
simplemente ser. Y desde aquí, es desde donde la magia sucede.
Desde donde de
pronto, las cosas cambian. El viento se lleva las nubes y el sol siempre vuelve
a salir.
Me siento
tremendamente afortunada de poder acompañar a distintas personas en momentos
cruciales de sus vidas y con ayuda del amor, poder disolver los fantasmas del
miedo.
Me siento tremendamente
afortunada por sentirme también acompañada y sostenida en los momentos más
duros de mi vida. En aquellos espacios en
los que conecto a veces, con el miedo, la tristeza profunda o el abandono, si
escucho bien mi corazón y miro a mi alrededor, puedo comprender que siempre
estoy acompañada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)